A la hora de delimitar un objeto de estudio se deben fundar los datos básicos sobre este y la naturaleza de las nociones que se tomarán en cuenta. Es precisamente eso lo que hace Ferdinand de Saussure cuando inaugura lo que hoy conocemos como el estudio de la lingüística. Son estos datos o primeras bases del constructo final las que estabilizan el objeto estudiado y sin las cuales todo se vuelva arbitrario, tambaleante y plagado de incertidumbre.
De esta manera es que el legado de Ferdinand de Saussure de establecer el estudio de un objeto (en su caso el lenguaje) desde un punto de vista previamente fijado es una herencia metodológica que se materializa en el estructuralismo en el área de la antropología.
Partiendo con que “la lingüística posee una importancia estratégica para la metodología de la ciencia social” (Sapir, 1929 citado en Santerre 1966, p. 29), se entiende una clara inquietud por parte de las ciencias sociales de lograr delimitar y crear fronteras de lo que se pretende estudiar. Se encuentra en el estudio de la antropología en particular un claro afán metodológico heredado del método propuesto por de Saussure, encontrándose analogías claras entre el método establecido por él y el adoptado luego por Lévi-Strauss en la antropología.
Según Renaud Santerre (1966), como influencia directa de Ferdinand de Saussure
en la metodología empleada por Lévi-Strauss nos encontramos frente a la distinción entre diacronía y sincronía y la distinción entre lengua y habla, esencial a la hora de entender la metodología en los estudios antropológicos. Es en la delimitación entre lengua y habla en donde se encuentra un paralelo clave y preciso de explicar a la hora de entender las distinciones que hace Lévi-Strauss de dos aspectos que se complementan en los fenómenos sociales. En primer lugar, se encuentra “uno tributario de un método estructural, explicativo, y el otro de un método más descriptivo, estadístico” (Santerre 1966, p. 33), lo que se muestra de manera análoga en el propio pensamiento de Lévi-Strauss con respecto a la metodología de de Saussure: “Al distinguir entre la lengua y el habla, de Saussure ha mostrado que el lenguaje ofrecía dos aspectos complementarios: uno estructural, el otro estadístico” (Lévi-Strauss. 1968 p. 15 citado en Santerre 1966, p. 33).
De esta manera, se encuentra delimitado para el estudio de la etnología lo que para los lingüistas es la lengua, “sin descuidar por ello el aspecto habla que da acceso a ella” (Santerre 1966, p. 33). Esta metodología inspirada en de Saussure se materializa en el estudio de mitos por parte de Lévi-Strauss. En donde cualquier mito puede ser objeto de estudio, pues lo que se busca encontrar es la estructura que está detrás de aquellos mitos particulares: “[e]l conjunto de mitos de una población pertenece al orden del discurso” (Santerre 1966, p. 33). De esto el autor desprende que para Lévi-Strauss es “como si los diversos mitos estudiados no fueran más que realizaciones particulares, parciales y momentáneas, de un mito global, de un esquema mítico general que constituiría la lengua de los múltiples discursos representados por los mitos propios de las distintas sociedades”. (Santerre 1966, p. 33).
Esta relación y lazos conectores entre los mitos, plantea la interrogante sobre el “metasistema” (Santerre 1966, 34) que se encuentra detrás. Esta búsqueda es esencial a la hora de entender la metodología estructuralista que se encuentra en la antropología. Así, se emprende la búsqueda de “[una] estructura mítica de la que cada mito particular constituye una simple realización concreta, una variante” (Santerre 1966, p. 34).
Se encuentra claramente en la diferenciación propuesta por Lévi Strauss en los estudios etnológicos, una clara “distinción entre el orden de la lengua y el habla, así como la voluntad de recurrir a las manifestaciones múltiples y diversas del último para descubrir la estructura de la primera” (Santerre 1966, p. 34). Esta influencia clara de los estudios lingüísticos en los antropológicos y su estructura, se manifiesta a través de la definición de conceptos clave que definen las prácticas que se llevaran a cabo. De esta manera, se alentaría el estudio de la lengua por sobre el del habla, que no sería más que una mera entrada hacia la comprensión de la estructura en el mito, siendo el habla las manifestaciones particulares y variadas de los mitos.
Desde la perspectiva saussereana de lengua, Santerre designa ciertos equivalentes aplicados a la antropología. En primer lugar, la noción de signo se identifica con la concepción antropológica de que existe una “idea de representación exterior a las conciencias individuales” (Santerre 1966, p. 36). Desde la idea de conciencia colectiva en la lengua, se desprende lo que Santerre llama el “inconciente colectivo” (Santerre 1966, p. 36). En tercer lugar, desde el concepto de coerción de la lengua saca las relaciones necesarias para que se enlacen el acontecimiento y la estructura del mito.
De esta manera, Lévi-Strauss intenta ir un paso más allá del estructuralismo saussereano, “no solo probando que en el parentesco y en la mitología existen sistemas análogos al de la lengua, sino también demostrando cómo operan, a través de una detallada descripción de su funcionamiento. La prolonga asimismo cuando trata de sentar las bases de esa ciencia de los signos cuya necesidad fue entrevista por el genio precursor de Saussure” (Santerre 1966, p. 36).
El método estructuralista empleado por Lévi-Strauss, se afirma dentro de la pretensión de asimilarse a las llamadas ciencias duras o las ciencias físicas. Encontrando de esta manera los “hechos elementales” (Santerre 1966, p. 37) de la realidad social, algo así como “átomos sociales”, de carácter irreductible (Santerre 1966, p. 37), para poder dar forma a un constructo sistemático, de elementos interrelacionados, previsible y capaz explicar los hechos que se presentan al observador. (Santerre 1966, p. 38)
Este modelo construido a base de hipótesis y concepciones iniciales, da la posibilidad de adentrarse en “el descubrimiento de leyes generales lógicamente deducidas”. (Santerre 1966, p. 38). De esta manera, el constructo estructuralista le presenta una oportunidad a la antropología de generar un sistema coherente y encauzado hacia un fin, un instrumento metodológico capaz de dar acceso a nuevos descubrimientos.
Desde esta estructura metodológica se desprenden dos procesos fundamentales. En primer lugar, una fase puramente descriptiva de un número más o menos amplio de hechos. En el caso de Levi-Strauss leyendas, mitos y cuentos. Esta tarea de carácter más historiográfico está seguida por una labor de mayor abstracción, más teórica. Aquí la metodología estructuralista se enfrenta a la construcción de castillos lógicos, cuyos ladrillos serían las variantes, los casos particulares. Esta parte más matemática y de análisis presenta el fenómeno de generalización necesario para lograr la construcción de la estructura. El autor identifica las generalizaciones de la antropología, en especial de Lévi-Strauss con la siguiente frase: “de la estructura a la cultura, de la cultura al espíritu humano y de este último a la naturaleza” (Santerre 1966, p. 42).
Es así como el estructuralismo en la antropología establece un punto de partida para su estudio, desde el cual, tomando lo más concreto se intenta llegar a concepciones abstractas, todas construidas a partir de las concepciones aceptadas en un principio. Esta coherencia interna propia del estructuralismo es entendida desde la idea de un constructo de conceptos, desde el cual se edifica una teoría, una abstracción de la realidad particular.
Estas nociones básicas expuestas a manera de introducción son elementales para entender el proceso metodológico estructuralista de la antropología y los estudios de Lévi-Strauss sobre el mito, que serán expuestos luego con mayor detalle.
Bibliografía: Renaud Santerre (1966), “El método de análisis en las ciencias del hombre” en Introducción al estructuralismo de José Sazbón. Buenos Aires:Nueva Visión.
Está muy interesante su tema, sigan subiendo entradas.
ResponderEliminarCariños!!
yo hace un tiempo atrás, vi una entrevista de Cristian Warner con un historiador de la universidad de Chile, que estaba planteando el tema de los mitos universales con los mitos chilenos. Me pareció súper interesante comprender el modo creación mitológica que nos unen como "raza". ya que el tipo planteaba que existía un modelo inconciente (como el inconciente colectivo) que regia toda la estructuracion de los mitos, que los podíamos encontrar en los mitos griegos, mayas, incas, del norte de EEUU, de Chile, y así...de todo el mundo....pucha sigan subiendo cosas esta re interesante....
ResponderEliminar¡Muy bien lograda la entrada!
ResponderEliminarSin compartir necesariamente la posición antropológica del señor Leví-Strauss, creo que de Sausurre no sólo logró inspirar a alguien como él, sino a muchos otros tipos geniales, tal como el notable Roland Barthes (sí, si sé que el tipo es muy criticable, pero sus análisis de los mitos naturalizados son muy entrete. Sobretodo aquel del niño negro con ropa del imperio francés)
Esperamos con ansias (al menos yo) las proximas entradas. Creo que es interesante debatir con la metodología estructuralista leví-strauss desde una posición latouriana o afranchutezada de los años '80 y '90 (pensemos en gente como Philippe Descola)
Saludos.
Está muy bueno! Interesante. Espero que ahora desarrollen más la noción de sistema y los mitemas de Levi Strauss.
ResponderEliminarSaludos!
Paloma
Me encantó el tema en sí, como está desarrollado, como está explicado. Está todo muy claro, simple y preciso. Da gusto leer así la materia.
ResponderEliminarEstá realmente interesante. Aunque me gustaría saber un poco más de cómo evolucionó el concepto estructural de Saussurre a la antropología. Sería interesantísimo ahondar aún más en el tema de la adaptación de la metodología.
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